Son 9.832 los kilómetros que separan el Monumental del Rose Bowl. La distancia es la que pone en valor y le da escala a la histórica convocatoria de la gente de River contra Rayados: poco menos de 40.000 hinchas coparon uno de los estadios más grandes de este planeta e hicieron de Los Ángeles una fiesta, con banderazo previo en Venice Beach.
Fueron muchos los equipos que llevaron multitudes a este Mundial, especialmente sudamericanos: los clubes brasileños y Boca también dieron la nota en el ala este de EE.UU.. En todo caso, el impacto de lo que hizo la gente del CARP tiene el diferencial de lo remota que era la doble sede LA-Seattle: demasiadas horas de vuelo, demasiadas escalas, demasiado esfuerzo económico, una comunidad argentina muy pequeña de residentes a este lado del país al contrario de lo que sucede en la otra costa.
Poco le importó a una marea de gente que consiguió lo que nadie imaginaba en la previa: River fue local cuando se esperaba que fuera muy visitante, con más de un millón de mexicanos viviendo en Los Ángeles y 12.000.000 en el estado de California (una tercera parte de la población total). Con bombos y banderas de cientos de puntos de Argentina, no faltó el color y el calor, agradecido por Gallardo y por todos los jugadores.
Los hinchas coparon el Rose Bowl de Pasadena (Reuters).
De las 57.393 personas que hubo en la cancha, más del 60% eran de River, que copó su cabecera y una platea y media de las laterales. Así, se espera que la multitud se traslade ahora a Seattle, a tres horas en avión y 17 en auto desde LA, para colmar el Lumen Field, con capacidad para 72.000 espectadores: entre la cantidad descomunal de hinchas que promete moverse hasta el límite con Canadá y el interés de los locales por volver a ver al subcampeón de la Champions League, se aguarda un aforo muy alto para el duelo que definirá el grupo.
Ahora, la marea se traslada nuevamente a Seattle (Reuters).
Se sabía que los últimos dos partidos iban a ser los más convocantes por rivales e importancia: por eso casi se cuadruplicó la convocatoria respecto al debut con Urawa. Es mucho el esfuerzo que hicieron, pero nada comparado al amor por los colores: esos hinchas se merecen una alegría después de tanto apoyo incondicional.
Seattle (enviado especial).
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