Todo empezó como un rumor que se extendió entre los padres de alumnos de dos cursos del Colegio Palermo Chico. De a poco, los adolescentes empezaron a relatar episodios de abuso que se convirtieron en denuncias: en 2024 fueron seis los que se animaron a llevar sus relatos a la Justicia y que, en Cámara Gesell, contaron lo que les había ocurrido. Otros cuatro sumaron sus caso y ahora se espera que Marcelo Porcel (51) sea indagado.
Porcel no está en el país, entre el 17 de diciembre y el 5 de enero, la Justicia lo autorizó a viajar a Uruguay. El denunciado es conocido en el ámbito empresarial. Fue parte de Oh! Buenos Aires, un holding del vecino país que tenía la concesión del shopping que funcionaba en el predio del ex Buenos Aires Design, en Recoleta. Además, está vinculado a firma del agro fundada por su familia. Su padre, además, fue el creador de Argencard, una tarjeta de crédito popular en los ’70 y vendida en 1995.
Según confiaron a Clarín, la denuncia contra Porcel se formalizó ante la Justicia a mediados de 2024 y el expediente quedó en manos de Manuel Bruniard, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°50; y del fiscal Pablo Turano, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1.
La causa está en etapa de instrucción y hasta el momento 6 de los 10 denunciantes tuvieron entrevistas en Cámara Gesell y los otros cuatro esperan su turno.
«Los hechos venían ocurriendo desde hacía varios años, fuimos atando cabos. Un chico contaba que le hizo un masaje, otro padre advertía ‘no dejes ir a tu hijo a dormir’. Empezaron los rumores, se hablaba porque podría ser el hijo de uno en esa situación. Así los padres empezaron a preguntar, a conversar con los chicos pero muchos no querían hablar», contaron a Clarín.
En algún momento de 2024 los relatos empezaron a surgir. Las conversaciones entre los padres de dos cursos del Colegio Palermo Chico derivaron en seis casos concretos y otros que no explicitaban abusos puntuales, pero sí conductas inapropiadas entre Porcel y compañeros de sus hijos, que tenían entre 13 y 14 años cuando se produjeron los hechos.
Según describieron a Clarín fuentes cercanas a las familias denunciantes, «los hechos llevaban tiempo, pero salieron a la luz cuando los chicos empezaron a crecer y a relatar estas conductas extrañas».
El empresario tiene cuatro hijos que asisten a la misma institución y los denunciantes son parte de dos de los cursos a los que asisten. «Él participaba mucho de los partidos de fútbol, lo veíamos siempre. Incluso iba a partidos en los que no jugaban sus hijos, pero siempre estaba. En estos años hubo chicos que pidieron cambiarse de curso o que se mostraron más retraídos y después terminaron siendo los que denunciaron», confiaron.
Los adolescentes, a medida que fueron creciendo relataron distintas conductas que no las denunciaron en el momento, pero que los alertaban: desde hacerlos correr alrededor de la mesa en ropa interior hasta pagarles por hacer fondo blanco con bebidas alcohólicas o estar en chats privados con los chicos, mandándoles fotos de sus viajes o de la escena cotidiana.
Uno de esos grupos se llamaba «Shubidubi» y desde ahí él convocaba a las reuniones autodenominándose «Capitán». De acuerdo a los denunciantes, en esos encuentros había alcohol y él les daba dinero para que consuman. Incluso hasta les pagaba autos de aplicación para que asistan y muchos mentían cuando sus padres no los dejaban asistir.
Desde que se presentó la denuncia, Porcel «no apareció más» por la escuela y no pudo ir a los actos de fin de año de sus hijos porque la Justicia dispuso una restricción de acercamiento para que no pueda estar cerca de los denunciantes.
La postura del colegio
Luego de conocerse públicamente le caso, la escuela a la que asisten los denunciantes difundió un comunicado a las familias: «Nos dirigimos a ustedes con el objeto de reiterar las actuaciones realizadas por el Colegio frente a informaciones periodísticas recientemente publicadas, referidas a presuntos hechos que habrían involucrado a alumnos de esta institución y que habrían tenido lugar fuera del ámbito escolar.»
«Tan pronto fue informado, el Colegio actuó de manera inmediata, activando los protocolos vigentes, dando intervención al Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y poniendo los hechos en conocimiento de las autoridades educativas jurisdiccionales. Queremos, asimismo, informar que la familia involucrada ya no forma parte de nuestra comunidad educativa. Desde nuestro Colegio, reafirmamos que el cuidado integral de nuestros alumnos constituye una prioridad institucional y agradecemos a las familias la confianza permanente depositada en la institución», agregaron.
La investigación derivó en una serie de allanamientos en las propiedades de Porcel y el secuestro de su teléfono celular. Allí encontraron fotos y videos de los adolescentes desnudos, en el baño o en las propiedades mencionadas en los relatos. «No sabemos cómo, pero aparentemente tenía cámaras de seguridad en el baño», describió una de las fuentes consultadas.
La Nación habló con Porcel y su respuesta fue: «En la causa se hicieron las pericias que ordenó el juez y todas concluyeron que no hubo abuso. Así lo dictaminó el Cuerpo Médico Forense. Y en alguna de ellas incluso dudan de la veracidad de los dichos de una presunta víctima.»
Mientras tanto, el juez Bruniard todavía no lo llamó a indagatoria a la espera de que todos los denunciantes declaren en Cámara Gesell y así reunir elementos de todos loa casos en una sola imputación.
AA
