El modelo de dólar barato apalancado en reservas prestadas no sólo generó un éxodo turístico de argentinos al exterior, sino que fomentó un nivel récord de ingreso de importaciones. En el primer trimestre del año, esas operaciones representaron el 32% del PBI, siendo un nivel récord en 135 años, de acuerdo a lo que reportó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Naturalmente, esta situación es producto del dólar regalado, la apertura comercial y algo de recuperación de la economía que se ve plasmado en la importación de Bienes de Capital.
Los datos se desprenden del Informe de avance del nivel de actividad que dio a conocer el ente oficial, y en el que se ve que las compras al exterior subieron muy fuerte, un 42,8 por ciento interanual entre enero y marzo, a la vez que crecieron 17,7 por ciento respecto del último trimestre del año pasado.
Así las cosas, durante el Gobierno de Javier Milei, las importaciones tuvieron su nivel máximo desde el año 1980. En aquel entonces, representaron el 50 por ciento del Producto Bruto. Uno de los economistas que mejor maneja datos, el director de Fundar Dany Schteingart, explicó en su cuenta de X cuáles son las razones que explican el fenómeno.
«En el primer trimestre de 2025, las importaciones llegaron al 32% del PIB. Es el valor más alto en 135 años. Aunque todavía está por debajo del récord histórico de 1889-1890 (casi 50% del PIB), supera momentos clave como: -1913 (antes de la Primera Guerra Mundial): 28% -1929 (último año del modelo agroexportador): 22% -Y también supera los picos recientes de 2011 y 2017», expresó.
Asimismo, Schteingart se preguntó y respondió «¿Por qué crecieron tanto las importaciones?». Dijo que «hay tres razones principales: 1. Más apertura comercial. Se desregularon procesos y bajaron algunos aranceles, lo que facilitó importar. 2. Dólar barato. Eso abarató los productos del exterior y también el turismo fuera del país (que cuenta como importación y está en niveles récord). 3. Reactivación económica. Cuando la economía argentina crece, las importaciones crecen todavía más. Las empresas necesitan más insumos y repuestos, y la gente consume más, incluyendo productos importados».
Una puerta abierta a cualquier cosa
Las importaciones de bienes de consumo, desde celulares a heladeras, de juguetes a bicicletas, de textiles a platos y vasos, productos de uso cotidiano como zapatillas, maquillajes, perfumes, muebles, alimento para mascotas, shampoo o libros, en la enorme mayoría de los casos con abundante oferta local, alcanzaron niveles récord en lo que va del año, como se mostró párrados atrás.
Puesto en números, la apertura comercial propiciada por el gobierno de Javier Milei derivó en el gasto de 4.374 millones de dólares en esos y otros artículos básicos entre enero y mayo, 70 por ciento más que en igual período del año pasado, cuando habían totalizado 2.568 millones.
A este ritmo, en el total del año serán 12.600 millones, 5.200 millones de dólares más que en 2024, cuando alcanzaron a 7.405 millones. Si la comparación es con 2023, serán 4.600 millones más, dado que el último año de gobierno de Alberto Fernández se destinaron 7.940 millones a importaciones de bienes finales.
Esos 5.200 millones de dólares más que el año pasado para traer artículos que, también en la gran mayoría de los casos, desplazan producción local, representan una cuarta parte de los 20.000 millones de dólares que el Gobierno tomó prestados con el FMI.
Modelos diferentes
En un artículo publicado por David Cufre este fin de semana se mostró que los diferentes modelos económicos de los últimos años se diferenciaron en sus políticas comerciales. La participación de importaciones de bienes de consumo sobre el total de las compras promedió el 10 por ciento en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, creció a un promedio de 13 por ciento en el macrismo y alcanza el 14,5 por ciento con Milei. El Indec reportó esta semana que en mayo se fueron para ese fin 900 millones de dólares.
Además de la salida de divisas para consumos que podrían cubrirse con producción nacional, la política de apertura importadora relega a industrias argentinas y multiplica el cierre de fábricas y la pérdida de puestos de trabajo. Desde que gobierna Milei bajaron la persiana 1.347 empresas del rubro fabril, con 25.510 trabajadores expulsados, según datos oficiales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo relevados por el CEPA.