jueves, 21 agosto, 2025
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Milei en crisis: denuncias de coimas en discapacidad y guerra interna

La Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) se convirtió en el epicentro de un terremoto político que expone, como pocas veces antes, las internas y tensiones que atraviesan al gobierno de Javier Milei. El desplazamiento de Diego Spagnuolo, hasta ahora titular del organismo, no sólo responde a la filtración de audios comprometedores: es también la muestra más clara de la fragilidad de un armado oficialista sostenido en pactos precarios, acusaciones cruzadas y sospechas de corrupción en las altas esferas del poder.

La salida de Spagnuolo llegó en la madrugada, en un comunicado del vocero presidencial Manuel Adorni, como quien busca apagar un incendio sin darle oxígeno. Pero los audios que circulan ya dejaron su huella: en ellos, el funcionario admitía que la “recaudación ilegal” en contratos de medicamentos pasaba por la hermana del Presidente, Karina Milei, y por los primos riojanos Lule y Martín Menem. La mecánica, según relataba, consistía en un retorno del 8% a prestadores que, por canales bien aceitados, terminaba en la mesa chica del poder.

La coartada imposible

El gobierno buscó instalar la idea de que Milei desconocía lo ocurrido y que se trataba de una operación “de su gente”, pero las propias palabras de Spagnuolo revelan otra cosa: “Yo hablé con el Presidente. Tengo todos los WhatsApp de Karina. Le dije no te podés hacer el boludo conmigo”. La frase, brutal, erosiona la línea defensiva del oficialismo y sugiere que la Casa Rosada no sólo estaba al tanto, sino que decidió mirar hacia otro lado mientras la operatoria avanzaba.

El escándalo no ocurre en cualquier contexto. Estalla al mismo tiempo que el Congreso rechaza el veto presidencial a la emergencia en discapacidad, un revés que mostró a un Milei debilitado y sin control de su tropa. La ANDIS, encargada de administrar fondos vitales para uno de los sectores más vulnerables, quedó envuelta en la denuncia de retornos millonarios, mientras la oposición denuncia un “jubileo de corrupción”.

Karina Milei bajo la lupa

La hermana del Presidente, que controla la Secretaría General de la Presidencia y maneja el dispositivo político de La Libertad Avanza, aparece señalada como receptora directa de parte de la recaudación. Spagnuolo habló de un 3% que “le llega a Karina” y de un 1% destinado a la operatoria. La cifra no es menor: entre 500 mil y 800 mil dólares mensuales, según el propio testimonio del funcionario caído en desgracia.

La denuncia de vínculos con la droguería Suizo Argentina, de la familia Kovalivker, reabre viejas sospechas. Esta firma, con presencia fuerte en el norte del país, ya había sido cuestionada por la ministra Sandra Pettovello en 2024. Ahora vuelve a aparecer como engranaje central de una maquinaria de contratos inflados y retornos que, según distintas fuentes opositoras, habría financiado tanto la campaña presidencial como las aspiraciones legislativas de este año.

Los Menem, entre la lealtad y el negocio

Lule y Martín Menem son, en los audios, actores claves. Spagnuolo describe cómo intentaron ubicar a funcionarios de confianza dentro de la ANDIS para controlar la caja. “Lule me quiso meter una mina en una dirección nacional y lo frizé. Después me quiso meter al de Recursos Humanos y lo frizé. Al final me metió el más importante de todos a través de Karina. Uno que vino para chorear”. Las palabras revelan una interna feroz en la que los Menem pugnan por espacios de poder en un organismo que maneja recursos sensibles y cuantiosos.

El señalamiento es grave: expone que la disputa no es meramente administrativa, sino que responde a un sistema de recaudación paralelo que involucra a prestadores, intermediarios y dirigentes de la cúpula oficialista.

La mano invisible de Caputo

El nombre de Santiago Caputo, asesor estratégico y cerebro de la comunicación presidencial, aparece como una sombra detrás de la filtración. Distintas versiones sugieren que fue él quien facilitó la difusión de los audios de Spagnuolo, en un intento de desestabilizar a la facción de Karina y los Menem. La hipótesis gana fuerza si se considera que Caputo viene enfrentado con el clan riojano desde hace meses y que, tras la debacle en el cierre de listas, perdió influencia en las decisiones políticas.

Caputo habría intentado frenar la publicación en algunos medios, pero no pudo evitar que el material terminara en el streaming Carnaval, donde la voz de Spagnuolo se hizo pública. El daño ya estaba hecho: el escándalo golpeó en el corazón de la interna libertaria y dejó a Milei en una posición incómoda frente a su propia hermana.

La oposición huele sangre

El socialismo, la UCR, la izquierda y el peronismo coincidieron en reclamar explicaciones inmediatas. Esteban Paulón, Mónica Fein y Margarita Stolbizer pidieron la interpelación de Karina Milei y de Spagnuolo, mientras Leandro Santoro calificó de “insólito” que se discutan coimas millonarias en la misma semana en que se votaba la ley de discapacidad. El radical Pablo Juliano agitó titulares impresos en plena sesión, y el trotskista Chipi Castillo denunció que “el gobierno se aprovecha de la discapacidad”.

Las acusaciones cruzan además con otra trama delicada: la crisis del fentanilo contaminado, que ya dejó un centenar de muertes y cuyo control sanitario recaía en el Ministerio de Salud. Mario Lugones, titular de esa cartera, aparece cada vez más debilitado, apuntado tanto por opositores como por periodistas cercanos al oficialismo.

Un gobierno en guerra consigo mismo

El caso Spagnuolo muestra la dificultad del mileísmo para sostener un relato de transparencia mientras estallan casos de corrupción en áreas sensibles. La ANDIS, organismo que debería garantizar derechos y asistencia a las personas con discapacidad, se transformó en el escenario donde confluyen todas las internas: Pettovello contra los Menem, Karina contra Caputo, el propio Presidente forzado a sacrificar a un amigo cercano para evitar un costo mayor.

La reacción del oficialismo —echar a Spagnuolo y hablar de “remoción preventiva”— no despeja las dudas de fondo. Los audios son explícitos, las cifras son contundentes y la crisis política no se resuelve con un comunicado nocturno.

Conclusión: la corrosión del poder

El escándalo en la ANDIS revela más que un caso de corrupción. Es la radiografía de un gobierno en el que conviven proyectos personales, disputas familiares y operadores que usan la cercanía al Presidente como moneda de cambio. En un país donde el Congreso acaba de rechazar el veto de Milei en materia de discapacidad, la filtración de audios que exponen retornos ilegales a la hermana del mandatario es un golpe devastador a la credibilidad oficialista.

Las sospechas sobre Caputo, los vínculos con la Suizo Argentina, los reclamos opositores y la vulnerabilidad de Lugones configuran un cuadro que amenaza con convertirse en el Watergate libertario. El gobierno de Milei, que había hecho de la motosierra y el discurso anticasta su marca registrada, se enfrenta ahora a la peor de las contradicciones: que la corrupción ya no es un legado del pasado, sino una herida abierta dentro de su propio círculo íntimo.

por R.N.

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