El quinto almuerzo de “Mesa Chica”, el espacio de Perfil Córdoba para los intendentes de Córdoba, sin dudas fue el “más político” del ciclo. La mayoría de los presentes destacó que la gestión, el bien preciado de cualquier gobernante, quedará relegada a un segundo plano teniendo en cuenta que llegó el momento de “evangelizar” al electorado para demostrar de dónde salen los recursos para las obras en sus localidades.
El contexto marca un rumbo claro: “desapareció” el gobierno nacional en muchos aspectos (transporte, salud y obras públicas) que impactan en la gestión y surgió otro protagonista: el gobierno provincial. Esto generó un compromiso adicional y Miguel Aguirre, de Agua de Oro, fue el primero en resumirlo: “Cuando asumimos no teníamos nada, ni herramientas, ni un machete, ni moto niveladora, nada. Me llamó Martín Llaryora por teléfono y me dijo ‘Miguel, contá con mis dos manos, no con una mano. Y así fue’”.
Edgar Bruno, además de ser el intendente de Canals, es candidato a diputado nacional por PAIS y fue la voz disonante durante el almuerzo. “Yo tengo 2 mil millones de pesos en plazos fijos en el banco, hago obras propias sin el apoyo del gobierno nacional y hasta achiqué la planta de empleados municipales”, sostuvo, añadiendo que comparte la idea de mayor control de gastos que propone Milei, aunque no acompaña el “desinterés por la política y la gente” que mostró desde un primer momento el presidente.
Sus dichos fueron llevando la charla a un sendero más político. De hecho, Renato Raschetti (Cruz del Eje), enfocó su mensaje en el presidente del bloque de diputados de LLA, Gabriel Bornoroni: “Necesito responder a las críticas que acusan a Provincias Unidas de ser ‘kirchneristas de buenos modales’. Sí, tenemos buenos modales, pero no voy a tolerar que digan que somos kirchneristas. Les tengo que decir que ellos son ‘menemismo con malos modales’”. Pese a ser radical que comparte el lineamiento del gobernador santafesino Maximiliano Pullaro, Raschetti sostuvo que acompañará al exgobernador Juan Schiaretti. “Mi límite es Milei”, justificó.
Sin un peso de Nación
Karina Figueroa (Salsacate) se sentó junto a Raschetti, conformando el “ala radical” del almuerzo. La mandataria sostuvo que aclaró que su localidad es dependiente en un 90% de la coparticipación. En ese sentido, reconoció las obras realizadas y continuadas por el gobierno provincial, aunque, como “boina blanca” precisó que defenderá su rol como intendenta: “El nuestro es un trabajo muy territorial y los vecinos nos ven como referentes en algunos casos. Si al momento de la votación podemos influir, lo haremos”, adelantó.
Por su parte, Sebastián Demarchi (Morteros) pidió a los presentes salir a “evangelizar a los vecinos”. “A muchos tenemos que terminar de convencerlos de dónde vienen los recursos y las obras”, precisó, al tiempo que explicó que el 50% de las tasas que se cobran en el municipio se destinan al mantenimiento del hospital municipal, cuya demanda aumentó un 35% debido al modelo económico nacional.
Para Demarchi, la presencia del estado provincial hace que acompañar a la lista que encabeza Schiaretti sea la “única opción”. Germán Baldo (Freyre) consideró que contar con el exgobernador como candidato facilita la tarea de los intendentes para convencer a los vecinos: “Que Juan sea el candidato es dejar de pendular de un de un extremo a otro y centrarnos un poco para generar o crear algo”.
Mariano Galfré (James Craik) destacó las obras que la Provincia realiza en el interior, pero se permitió marcar como un error que Natalia De La Sota no haya sido contenida por el peronismo y compita contra la lista de Provincias Unidas, ya que seguramente “se va a llevar muchos votos de peronistas desencantados”.
El epílogo del almuerzo llegó con la postura del intendente de la capital, Daniel Passerini, quien instó a considerar las elecciones de medio término como “muy trascendentales” y puso en valor el “cordobesismo” iniciado por José Manuel De la Sota. “Provincias Unidas no es una avenida del medio, sino la parte de adentro. No se confundan, hay una gran diferencia y este espacio no tiene nada que ver con otros que trataron de pararse frente al kirchnerismo. Acá hay gestión y no es poco”, describió.
“Los intendentes deben salir a defender y militar lo que creemos, porque tenemos dos alternativas: o apoyamos a un gobierno que nos está destruyendo –como es el de Milei– o apoyamos a un gobernador que siempre trabajó a la par de los intendentes”, añadió.
Sin margen para la duda, Passerini enfatizó que “esta elección define el destino de Argentina y de Córdoba” y puso el foco en el “verdadero apoyo” que tiene Milei: “Tenemos que dejar de confundir con el porcentaje de votos de Milei, que en primera vuelta fue del 30%, no del 70%. El final de ciclo del kirchnerismo fue la elección de Buenos Aires. No creo que haya muchos intendentes que ven que este camino no conduce a ninguna parte”, señaló.
A la hora del postre llegó un “intercambio” (matizado con bromas) entre Bruno y Passerini. El intendente de Canals alertó que al país sólo lo salva la “buena política” y deseó “poder estar en el cuarto oscuro ‘con el Dani’ para saber por quién votará” el 26 de octubre, apelando al pasado “delasotista” de ambos. El intendente capitalino no dudó: “Voy a votar por alguien que se llama igual que quien fundó el partido peronista” y agregó que la “primera variable de ajuste de Mieli fueron los municipios”.
Salen a la cancha
“Mirá, éstos son los números de esta semana de un sondeo propio que mandamos a hacer en nuestra ciudad”, mostró en la sobremesa del Hotel Quinto Centenario uno de los mandatarios del noreste. Los datos reflejaban a Juan Schiaretti superando a Gonzalo Roca, el candidato de La Libertad Avanza (LLA), por unos cinco puntos: “Hay que tener en cuenta que nosotros todavía no salimos a la cancha, por lo que esto se va a ampliar. Es fácil hacer campaña con ‘Juan’ en la boleta”, reconocía el jefe comunal.
Otro intendente que era parte de la charla alertó: “Sí, eso vale para el boca a boca. El tema es que yo lo subí a mis redes y me comí muchos insultos”. Sucede que, en muchas de las localidades de Córdoba, Javier Milei y LLA superaron en segunda vuelta con holgura el 70% de los votos. En lugares con menos de 5.000 habitantes el intendente puede “influir” de alguna manera en el voto, coincidieron los presentes, pero la mayoría se comprometió a jugar fuerte para Provincias Unidas, incluyendo a los radicales.