miércoles, 8 octubre, 2025
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Techo: construir dignidad desde la emergencia habitacional

La Fundación Techo se apronta para la inminente construcción de nuevas viviendas de emergencia en barrios populares de Resistencia y Corrientes.
La iniciativa no es aislada: forma parte de una dinámica nacional que articula voluntariado, financiamiento privado y trabajo comunitario.
Matías González, coordinador de comunicación en la región NEA, y Paula Gallo, coordinadora nacional en contacto con Radio Facundo Quiroga anticiparon un nuevo operativo.
«El 3, 4 y 5 de octubre tenemos una construcción en el barrio 6 de Septiembre, en Resistencia. Están todos invitados a participar de esta experiencia que no solo les cambia la vida a las familias, sino también a los voluntarios», señaló González.

Una experiencia que marca
Por su parte, Gallo recordó cómo se sumó a Techo. «Yo empecé el año pasado. Lo vi por Instagram, esas cosas que pasan con las redes sociales, y me convocó muchísimo. Donde esta gente se junta los fines de semana a construir una vivienda, yo me acerqué.
Soy de Rosario, me sumé sin conocer a nadie y realmente fue algo que me cambió la vida completamente», contó.
El primer contacto de Gallo con un barrio popular fue decisivo. «Fuimos a un barrio que se llama El Cañaveral y construimos seis viviendas de emergencia para seis familias. Nosotros construimos con la familia y con otros voluntarios.
Para mí fue un antes y un después, porque nunca había visitado un barrio popular. Fue la primera vez y me atravesó muchísimo la situación que vivían las familias», relató.
Desde entonces, la joven decidió involucrarse de lleno en la organización. «Ahora estoy en el área de comunicación con Mati. Nos parece que el propósito y la misión de Techo son muy nobles. Siempre enfatizamos que construimos una Argentina de encuentros y nuestra misión fue que nadie viva en un piso de tierra», subrayó.

alcance nacional
Techo no es una experiencia aislada en algunas provincias: su alcance es federal. «A nivel nacional contamos con un equipo fijo de aproximadamente 600 voluntarios, pero por las construcciones pasan miles y miles más. En Chaco y Corrientes trabajamos en cinco barrios de Resistencia y dos de Corrientes capital», detalló González.
Esa amplitud geográfica implica desafíos logísticos. «Las viviendas se fabrican en la llamada Fábrica Social, con sedes en Buenos Aires y Misiones.
Los camiones descargan los materiales y ahí es fundamental la ayuda de voluntarios y familias. Cada casilla mide 3×6 metros en un solo ambiente, y a veces se anexa un módulo de baño si conseguimos financiamiento», explicó.
Financiamiento y transparencia
Un aspecto clave es la sostenibilidad del proyecto. González aclaró: «Nos financiamos 100% con privados. No estamos aliados a ningún partido político ni a ninguna religión. Eso es positivo porque nuclea muchísimas voluntades y juventudes diversas.
Nuestro financiamiento principal provino de los socios y socias que donaron mensualmente, desde 3.500 pesos en adelante, a través de la web argentina.techo.org».
Además, Techo promueve el voluntariado corporativo. «Si una empresa financia la vivienda, sus propios empleados pueden ir a construirla. Eso no solo genera una acción increíble, sino también un trabajo de integración dentro de la empresa, desde el CEO hasta el empleado que recién empieza. Todos construyen juntos», destacó Gallo.

Articulación con el Estado
Aunque la organización resalta su independencia, también reconoce la necesidad de articulación con los gobiernos locales. «Siempre aclaramos que Techo no reemplaza el rol del Estado. Vamos a trabajar en conjunto cuando un municipio quiere financiar viviendas.
Incluso, en ocasiones nos brindan maquinaria para transportar materiales, porque solos sería imposible», explicó González.

El proceso de selección
El trabajo en los barrios no se improvisa. Gallo describió el método: «Existe el Registro Nacional de Barrios Populares, que en 2025 tenía censados unos 6.400, aunque sabemos que son más. El proceso de implementación dura unos seis meses.
Se encuesta a todo el barrio, se levantan datos de situación de vivienda, salud y economía. Luego, la comunidad vota criterios de prioridad: estado de la vivienda, salud, economía, asignamiento y composición familiar. En función de eso, se asignan las viviendas».
Esa metodología, remarcó, evita favoritismos. «No somos nosotros quienes elegimos a las familias. Es un proceso participativo y transparente, con la comunidad como protagonista», afirmó.

Más allá de las casillas
Aunque la construcción de viviendas es lo más visible, Techo despliega otras iniciativas. «En los barrios también trabajamos en tendido eléctrico, tanques de agua, veredas, plazas y espacios de juego. El objetivo fue siempre la urbanización y que los propios vecinos se autogestionen para encontrar financiamiento y concretar obras», explicó González.
Ese protagonismo comunitario es esencial. «Creemos que la transformación se da cuando las juventudes y las comunidades deciden involucrarse. Siempre decimos: vení, sumate, porque un sábado de tu vida puede cambiar la vida de otra familia», afirmó Gallo.

El debate sobre
la meritocracia
Uno de los puntos de la entrevista fue la discusión sobre la meritocracia. González fue claro: «No es que las familias no progresen porque no quieren. Muchas veces no tienen las condiciones necesarias para hacerlo.
Sin romantizar la pobreza, la vivienda es un derecho. Y si no tenés agua potable, ni una calle por donde salir de tu casa, ¿cómo pretendemos que los chicos vayan a la escuela?».
Gallo coincidió y agregó: «A veces el discurso de la meritocracia es vacío y no construye. Nosotros apostamos a construir la Argentina que queremos habitar, desde el trabajo colectivo y la solidaridad».

Historias que se multiplican
El efecto contagio del voluntariado es otro rasgo de Techo. «A mí me pasó que varias amigas se sumaron después de acompañarme en una construcción. Ahora tienen roles dentro de la organización.
Es algo exponencial, porque la experiencia es movilizante y hermosa. Así se va tejiendo una gran comunidad», relató Gallo.
Esa dinámica también fortalece lazos personales. «Los viernes previos a las construcciones hacemos vida de escuela, donde nos conocemos entre voluntarios. De ahí surgen amistades duraderas, relaciones que nacen del compromiso con una causa», señaló González.

La vida útil de las viviendas
Un tema sensible es la durabilidad de las viviendas. «Con buen mantenimiento, una casilla dura alrededor de diez años. Pero este año Techo se propuso cambiar el modelo: queremos una vivienda más sostenible, de bajo costo y escalable con la familia.
En septiembre probamos tres prototipos en La Plata, con distintos materiales como ladrillos plásticos y paneles. El objetivo es que sea una solución más sustentable y extensible», anunció González.
Gallo sumó: «Antes las casillas tenían techo a dos aguas, lo que impedía ampliar. Ahora buscamos un modelo con techo a una sola agua, que permita la extensión. Queremos que las familias puedan evolucionar hacia una vivienda definitiva».

Famosos y campañas
La organización también contó con el apoyo de figuras públicas. «En su momento, el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, lanzó el programa Un Gol por un Techo, donde prometió financiar una vivienda por cada gol de la Selección.
Hasta mitad de año se construyeron siete en Bahía Blanca para familias relocalizadas por un temporal», recordó González.
Aunque la iniciativa generó polémicas por la definición de «casa», desde Techo defendieron el impacto real. «Con esos recursos construimos viviendas de emergencia que cambiaron la vida de familias. Después, comunicacionalmente, habrá debates, pero lo concreto es que esas familias dejaron de vivir en el barro», aseguró.

seguir construyendo
La invitación a sumarse está siempre abierta. «En Corrientes y el Chaco manejamos la cuenta de Instagram @comunidadtecho_corrienteschaco, donde informamos todas las actividades.
Este sábado, por ejemplo, tuvimos descarga de materiales. No se necesita experiencia previa, solo ganas de transformar realidades», concluyó González.
Gallo resumió el espíritu de la organización con una frase contundente: «En Techo defendemos que nadie debe vivir en un piso de tierra. Esa es nuestra misión y seguiremos trabajando hasta lograrlo».

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