Uno de los elementos fundamentales de la Navidad es el pesebre, que se coloca junto al árbol cada 8 de diciembre. Esta representación simboliza el lugar donde nació Jesús y su armado es esencial para la Nochebuena, ya que incluye figuras específicas que recrean la escena.
Si bien un pesebre es el recipiente donde comen los animales, en la época navideña el concepto adquiere un significado especial. Según la creencia cristiana, el pesebre es el lugar donde nace Jesús, el hijo de Dios.
Los Evangelios de Mateo y de Lucas son los únicos dos que narran el suceso del nacimiento de Cristo. Se sabe que Jesús nació en la ciudad de Belén. Sus padres, María y José, habían llegado desde Nazaret. Según el Evangelio de Lucas, José llevó a su esposa hacia Belén poco antes de que diera a luz debido a un censo ordenado por Augusto César. La pareja no tenía dónde quedarse, es por ello que el niño Jesús nació en condiciones humildes y fue colocado en un pesebre.
La tradición del pesebre navideño es originaria del siglo XIII, cuando San Francisco de Asís habilitó el primer “Belén”. Este nombre se debe al lugar de nacimiento de Jesús, según los evangelios de San Mateo y Lucas. En 1223 ocurrió la primera Navidad en la que el creador de la orden de los franciscanos desplegó el pesebre. Este 2023 se cumplen 800 años de aquella primera representación.
Según la Agencia Católica de Informaciones (ACI), la representación del pesebre se realizaba con personas del pueblo y de forma real. La actividad tenía el nombre de créche, término francés que quiere decir “cuna”. Más adelante, el término se traslada a las representaciones, tanto grandes como pequeñas, que se pueden ver en la actualidad.
El pesebre debe estar conformado por figuras específicas que poseen un simbolismo particular dentro de la tradición cristiana. Estos elementos son:
Existen varias claves para la disposición y decoración del pesebre, desde su ubicación hasta la colocación de las figuras. En primer lugar, debe ubicarse cerca del árbol de Navidad. Es necesario que sea visible para los regalos de Noche Buena y Reyes Magos.
En cuanto al tamaño, el pesebre debe ser mediano. Esto evita que impida ver el árbol de Navidad. Las figuras deben coincidir con la medida de la casa de madera para no opacar el mismo elemento.
Para el suelo del pesebre existen varias alternativas. Algunas personas usan pasto artificial o natural. Otra de las opciones son las virutas con las que se guardan frutas en los cajones de las verdulerías. En caso de que se utilice arena, se puede representar de forma más real el paisaje desértico de la ciudad de Belén. El material de la casa del pesebre puede ser de madera o plástico. Incluso, se puede armar una a mano para tener una versión más original de la escena.
A la hora de poner las figuras, se respeta el cargo de cada personaje para ubicarlos dentro del pesebre. La imagen del Niño Jesús debe colocarse en el centro de la escena. Sus padres, María y José, se ubican a los costados. Los tres Reyes Magos se colocan un poco más lejos, mirando al recién nacido. Los animales y el resto de las figuras se disponen en una tercera línea.
Se pueden poner luces por encima del techo del pesebre junto a las guirnaldas que lo decoran. Además, muchas personas resaltan una luz que representa a la Estrella de Belén. Los Reyes Magos se colocarán más cerca del Niño Jesús el seis de enero. Queda totalmente desaconsejado encender velas para prevenir incendios.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.
